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Aunque se trata de un periodo relativamente breve en lo climático, son los datos más fiables sobre el tema. Las mediciones preliminares del organismo muestran que el pasado 5 de abril se superaron los 21 grados en los mares entre 60 grados norte y 60 grados sur, es decir, todos salvo los polos. "Esto aporta pruebas adicionales de cómo las actividades humanas están afectando a la vida en la Tierra en una enorme extensión espacial –añade el autor principal B.B. Cael, del National Oceanography Center en Southampton (Reino Unido)–. Es otra forma en que los seres humanos están afectando a la biosfera".
- Además, se produjo un auge de nuevos proyectos de extracción de petróleo y gas en el mar, lo que pone aún más en peligro los ecosistemas oceánicos, de acuerdo con Global Energy Monitor, una organización que analiza datos sobre infraestructura, recursos y usos energéticos.
- Este corresponde a la capacidad que tienen los cuerpos de hielo de rebotar la radiación proveniente de los rayos solares.
- En el 2020, con el apoyo del Banco Mundial, el Comité Científico de la COP25 y el Ministerio del Medio Ambiente, se desarrolló una hoja de ruta para el carbono azul en Chile, aplicable a 15 años, con seis pasos para mejorar la contabilidad climática.
- El estudio apunta que este cambio se ha detectado en el 56% de los océanos del mundo, una extensión mayor que la superficie terrestre total de la Tierra.
Y es que los océanos regulan el clima y producen oxígeno, por lo que es gracias a ellos que podemos habitar la tierra. Además, son la principal fuente de proteínas para más de 1000 millones de personas en todo el mundo y son clave para nuestra economía. Jorge Navarro, investigador del Centro IDEAL y académico del ICML de la UACh, explicó que los erizos de mar están considerados como bioingenieros y eslabones claves dentro de los ecosistemas marinos, por lo que el efecto que pueda tener el cambio climático sobre ellos también impactará a otros organismos de las comunidades marinas, tanto algas como animales. «Para limitar la pérdida de oxígeno en los océanos, paralelamente a otros efectos dramáticos de los cambios climáticos, los dirigentes mundiales deben comprometerse a reducir inmediatamente y de forma sustancial sus emisiones», exhortó, al tiempo que en Madrid se celebra la COP25 sobre el clima. Sus conclusiones señalan que la pérdida de oxígeno «constituye una amenaza creciente para la pesca y para algunos grupos de especies como los atunes, los peces picudo y los tiburones», según la UICN, autora de la «lista roja» de referencia sobre las especies amenazadas en el mundo.
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Cuando los rayos del sol atraviesan la atmósfera y llegan a la Tierra, ésta se calienta y emite energía infrarroja o térmica. Los GEI absorben parte de esta energía y la irradian en todas direcciones, produciendo el efecto invernadero, que es un proceso natural y que ha otorgado una temperatura estable a la Tierra, permitiendo la evolución de la vida. Sin embargo, si la concentración de GEI aumenta, por ejemplo, por acción humana, más energía infrarroja (calor) queda retenida, produciendo un aumento de la temperatura terrestre. Este libro es producto del trabajo de más de treinta científicos chilenos dedicados a las ciencias del mar, quienes creen en la contribución de la ciencia a la sociedad, a las políticas públicas y a las comunidades productivas. En sus páginas se presentan todos los mecanismos de interacción entre el océano (hidrósfera), el aire (atmósfera), los seres vivos (biósfera), los glaciares (criósfera), la tierra (litósfera) y, por supuesto, los seres humanos.
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En los últimos años, la zona ha sufrido un aumento en la constancia e intensidad de las marejadas y un cambio en el nivel del mar, provocando un incremento en la demanda de infraestructura costera que resista estos efectos. “Peor aún, hoy en día sabemos que más que el cambio en las condiciones promedio del océano, el cambio en la variabilidad del pH podría ser la mayor amenaza para los organismos marinos que viven en la costa, y Chile, es un país donde muchas comunidades costeras dependen de la salud de nuestro océano y de los recursos que allí habitan”, enfatiza el investigador. Por ello, los científicos llevan décadas vigilando el fitoplancton en la superficie de los océanos y estudiando cómo responder estas comunidades esenciales al cambio climático, un control que se realiza desde el espacio. Sin embargo, regionalmente no es posible hacer una declaración general, ya que es muy difícil predecir cómo cambiarán las corrientes y la vida marina, y cómo su interacción determinará el contenido de oxígeno localmente. Aún cuando los países avanzaran en la protección de sus propias zonas económicas exclusivas, necesitamos un acuerdo en alta mar para poder alcanzar la protección del 30 % del océano en su totalidad”, explica Maximiliano Bello, experto en política oceánica internacional. Se trata de un paso clave para lograr la meta de proteger el 30 % de los océanos para el año 2030 porque abre la posibilidad a que se puedan crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
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Sin embargo, los retos de la conferencia son grandes y el borrador de la Declaración de Niza ha sido criticado por activistas y ONGs. Consideran que el texto carece de un lenguaje más contundente en cuestiones clave como los combustibles fósiles, la minería en aguas profundas y la contaminación por plásticos. La última sesión que se desarrolló el año pasado en Canadá fue criticada por representantes de la sociedad civil, principalmente, debido al aumento de la cantidad de lobistas de la industria química y de combustibles fósiles presentes en las negociaciones. Según una evaluación del Centro Internacional de Derecho Ambiental (CIEL por sus siglas en inglés) a ese encuentro asistió un 37 % más de lobistas que en la reunión anterior. Para ello, se espera que en la cumbre se adopte la Declaración Política de Niza, cuyo propósito es integrar más estrechamente la protección de los océanos en las políticas nacionales e internacionales mediante compromisos voluntarios. La cantidad de gas que se puede intercambiar y disolver en el agua depende de la concentración que tenga el gas en la atmósfera, su solubilidad y el viento.
MODIS realiza mediciones en siete longitudes de onda visibles, incluidos los dos colores que los investigadores utilizan tradicionalmente para estimar la clorofila. Por ello, los científicos están muy interesados en vigilar el fitoplancton en la superficie de los océanos y ver cómo pueden responder estas comunidades esenciales al cambio climático. Para ello, los científicos han seguido los cambios en la clorofila, basada en la relación entre la cantidad de luz azul y verde que se refleja en la superficie del océano, que puede controlarse desde el espacio. En concreto, descubrieron que las regiones oceánicas tropicales cercanas al ecuador se han vuelto cada vez más verdes con el paso del tiempo.
Bernardo Broitman, biólogo marino y docente de la Universidad Adolfo Ibáñez, explica que la temperatura tiene diversos efectos, directos e indirectos, en el ecosistema marino. Cuando esta fluctúa, muchos seres vivos mueren, trasladan su biomasa hacia otro lugar o se expanden en menor o mayor medida. Por ejemplo, los organismos de la corriente de Humboldt, como algas y moluscos, están acostumbrados a un régimen de temperaturas más bien bajas, cercanas a los 15°C como máxima. Al estar expuestos a periodos prolongados de temperaturas más altas de las que experimentan habitualmente, podrían verse impedidos de crecer, respirar, alimentarse o incluso morir.
Sin embargo, los investigadores destacaron que el sesgo experimental debe tenerse en cuenta en la predicción del funcionamiento de los organismos marinos en un entorno cambiante. A su vez, no se puede asumir que la vulnerabilidad al cambio climático de una especie va a ser la misma en toda su área de distribución, dado que cada población está adaptada a las condiciones locales y no todas ellas responderán de manera similar al cambio climático. Según el informe, el promedio mundial de desoxigenación esconde unos cambios locales que podrían ser más severos en latitudes medias o altas y así, algunas simulaciones de modelos oceánicos proyectan para el año 2100 una disminución del stock de oxígeno de los océanos de hasta un 7 por ciento en un escenario sin cambios. El inventario mundial de oxígeno del océano ha disminuido un 2 por ciento entre 1960 y 2010 y se prevé que para el año 2100 esa cantidad se reduzca entre un 3 y un 4 por ciento adicional a causa del calentamiento global, con efectos dramáticos sobre los hábitats y las economías costeras que dependen de ellos. Corresponde al proceso en que se va perdiendo la capa superficial del suelo y que, en el litoral chileno, permite que las playas cedan terreno al mar. Según un estudio publicado en 2023 por el Observatorio de la Costa, plataforma intersectorial de varias universidades chilenas que busca contribuir a la educación y las políticas públicas sobre la sustentabilidad en la zona costera, la erosión se está duplicando cada dos años en sectores playeros entre Arica y Los Lagos.
Desde 1981, la NOAA observa el comportamiento de las aguas abiertas de la Tierra a través de satélites, boyas y barcos y estima la temperatura superficial de mares y océanos (SST, por sus siglas en inglés). Chile es un país océano-dependiente y el mar bajo su jurisdicción también muestra signos de cambios asociados a las acciones del ser humano, que debieran preocupar a toda la sociedad; pues, las respuestas del océano son múltiples, diversas, heterogéneas e impredecibles, y sus efectos son tanto locales como de carácter global. Cael realizó un análisis estadístico utilizando conjuntamente los siete colores oceánicos medidos por el satélite entre 2002 y 2022. Primero observó cuánto cambiaban los siete colores de una región a otra durante un año determinado, lo que le dio una idea de sus variaciones naturales. Estos ecosistemas consisten en arboledas subacuáticas que se encuentran en las costas o agrupaciones de árboles marinos (por ejemplo, bosques de algas, manglares, pastos marinos) que capturan el dióxido de carbono de similar modo al que lo hacen los bosques.
«A medida que los océanos pierden su oxígeno calentándose, el delicado equilibrio de la vida marina se debilita», advirtió Grethel Aguilar, directora general en funciones de la UICN. A pesar de que para distintos expertos no existen muchas formas de revertir lo provocado por décadas de cambio climático y de la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero, sí hay algunas medidas que pueden disminuir las consecuencias de este fenómeno. Para el oceanógrafo y docente de la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV, Tomás Berger, el derretimiento de plataformas de hielo marino es uno de los efectos más notorios y negativos del alza de temperatura en los océanos. El experto menciona que, además del aumento del nivel del mar, gotham book italic también se genera una disminución del llamado “efecto Albedo”. Los pequeños Estados insulares, particularmente vulnerables al aumento del nivel del mar, están ganando influencia en la diplomacia mundial sobre el clima y están aprovechando la UNOC3 para poner de relieve su exposición directa al cambio climático y exigir una acción mundial más enérgica. En el estudio actual, Cael y su equipo analizaron las mediciones del color de los océanos realizadas por el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo del satélite Aqua, que lleva 21 años vigilando el color de los océanos.
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Los investigadores todavía no pueden decir exactamente cómo están cambiando los ecosistemas marinos, pero están seguros de que están causados por el cambio climático. El estudio apunta que este cambio se ha detectado en el 56% de los océanos del mundo, una extensión mayor que la superficie terrestre total de la Tierra. Otro de los temas que es prioridad en la UNOC3 es la contaminación de los océanos, por lo que también se espera que la conferencia sea una plataforma que impulse el Tratado Global de Plásticos que la Asamblea de las Naciones Unidas comenzó a discutir en 2022. La conferencia podría ser clave puesto que en agosto próximo tendrá lugar en Suiza la segunda parte de la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación para desarrollar un instrumento internacional que sea jurídicamente vinculante, es decir, que los países firmantes estén obligados legalmente a cumplir con él. “Para escapar de un depredador y de la desecación, los erizos de mar dependen en gran medida de su capacidad para recuperar la orientación de forma rápida después de experimentar una posición invertida. Este comportamiento hace que sean considerados especies modelo para evaluar su desempeño bajo condiciones ambientales adversas, y que en este estudio se midió como sensibilidad y estrés térmicos”, aseguró.


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